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Arbol Milenario. Serie: Naturaleza muerta

Árbol milenario 

Historias vividas 




Cuando muy niño recorríamos diversos caminos de nuestras tierras áridas, bien fuese para cazar algunas especies, que entonces desconocíamos que se hace daño con esta practica, para buscar frutos salvajes que con su dulzor calmábamos el cansancio de nuestros recorridos, o para nadar entre pozos de aguas amarillas y barrosas, en todas nos divertíamos con la inocencia propia de los muchachos campesinos.

 

 

Cuando muy niño recorríamos diversos caminos de nuestras tierras áridas, bien fuese para cazar algunas especies, que entonces desconocíamos que se hace daño con esta practica, para buscar frutos salvajes que con su dulzor calmábamos el cansancio de nuestros recorridos, o para nadar entre pozos de aguas amarillas y barrosas, en todas nos divertíamos con la inocencia propia de los muchachos campesinos.

 

Entonces en aquellos recorridos bajo el intenso sol nos topábamos con árbol muy grandes de gruesos troncos y de gran altura, eran arboles de muchísimos años por allí plantados, nadie los había sembrado, nadie los había regado, tampoco eran propiedad de ninguna persona, eran arboles que crecieron en medio de aquellos desiertos de forma libre.


Los nombres se los colocaron los mismos campesinos que por allí pasaban quizás  sean comunes  en algunas regiones u otros fueron nombres creados por aquellos hombres que con sus pasos y su esfuerzo labraron la tierra, asi recuerdo algunos nombres, Guayacan, Curari, Subabaci, Chicharro, Caimito, Cedro blanco, Vera, Algarrobo, Retama, Flor blanca, Sierra, Jobo, Rema, Canilla e venao, Bucare y muchos otros, eran entonces nombres comunes de nuestra infancia.

 

Así pasaron los años y aquellas tierras un día fueron tomadas para otros intereses,  la tierra fue simplemente devastada, aquellos arboles, se convirtieron en carbón, ceniza y leña, pudo mas la ambición, el fuego y la inconsciencia que cualquier amor por lo que aquellos arboles significaban, se vinieron abajo años y años de verdor y fragancia, con la caída de los arboles, se fueron los pájaros, las lluvias y el fresco de la brisa.


Hoy día aquellas tierras están tristes, quemadas, solitarias, forman parte de un paisaje gris y los mismos hombres al no encontrar como sobrevivir en aquellos caseríos, se fueron también, solo quedaron los recuerdos, solo ha quedado un tiempo pasado que jamas volverá.


He pintado hace un tiempo una obra que evoca aquellos días, ciertamente aquellos arboles no eran milenarios, pero si tenían decenas y decenas de años, la obra como tal representa al árbol fragmentado, talado, un cielo roto tras el cual se pueden ver lenguas de fuego, en algunas partes podemos observar ojos de aves que nos observan y acusan, y también una serie de signos aborígenes, que simbolizan al hombre que vivió y que talvez supo conservar mas la naturaleza.

 

Titulo: Árbol milenario

Técnica: Acrílico sobre tela 

Medidas: 50 x 60 cms.

Condición.: Disponible en taller.

 

 



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